Las Grasas Saturadas No Provocan Enfermedades Cardiovasculares

Un estudio realizado en Estados Unidos afirma que el consumo de grasas saturadas como la mantequilla y los embutidos no provoca enfermedades cardiovasculares, ¿será posible?

Un poco controversial es lo que hemos venido escuchando en las noticias los últimos años, y que corroboró un estudio que recientemente publicó el American Journal of Clinical Nutrition acerca de que el consumo de grasas saturadas no está ligado a las enfermedades cardiovasculares. Entonces, ¿quién es el culpable de las enfermedades cardiovasculares?

Esta investigación contó con la información proveniente de 347.747 personas, que habían participado en 21 estudios diferentes. Los investigadores del Instituto de Investigación del Hospital de Niños de Oakland en California, encontraron que hay poca información para concluir que las grasas saturadas son las culpables de las enfermedades cardiovasculares.

Se observó que si las personas reducen su consumo de grasa saturada, no hay beneficios para el corazón.

Por su parte, la última publicación de la Organización Mundial  de la Salud (OMS) y la Organización de Alimentos y Agricultura (FAO) que resalta la importancia de sustituir las grasas saturadas por poliinsaturadas, lo que ofrece más beneficios para la salud, que intercambiar las grasas saturadas por carbohidratos. Este estudio llevado a cabo en Oakland no incluyó conclusiones sobre este tema.

En el 2005, la llamada nueva dieta Atkins-que es una dieta alta en grasa saturada y proteína- señaló que lo que provoca un aumento de peso son las harinas refinadas y no las grasas saturadas. Esta dieta que incluye un 17 por ciento de las calorías provenientes de grasa saturada, más que la recomendación de 7 por ciento, afirma que las personas que siguen este plan logran mejorar sus niveles de triglicéridos, colesterol, glicemia y presión arterial. Esto no quiere decir que hay que comer grasa saturada, pero tal vez no hay que ser tan estrictos, y aplicar un poco más la moderación. Eso sí, como la dieta señala, se debe incrementar el consumo de vegetales, los cuales son muy saludables.

Sin embargo, diversos estudios han encontrado que si las personas incluyen en su dieta grasas de origen poliinsaturado (Omega 3), sí podrían obtener beneficios para el corazón.

UNA GRASA POR OTRA
Las grasas poliinsaturadas contienen ácidos grasos esenciales Omega 3, los cuales se encuentran en el aceite de soja, cañóla, semilla de lino, pescados azules como el salmón, atún, trucha salmonada, sardinas, macarela, y la linaza y nueces. El Omega 3 de los pescados es el que el cuerpo mejor absorbe. Se ha observado que la suplementación con un gramo de Omega 3 al día ayuda a reducir los niveles tanto de colesterol como de triglicéridos, así como a prevenir arritmias e infartos.

Las grasas Omega 3 tienen otros beneficios para la salud, entre ellos: mejoran las defensas del organismo, ayudan a reducir el riesgo de cáncer de colon y mama, mejoran la apariencia de la piel, previenen la demencia, el Alzheimer u otras enfermedades neurologías, así como la depresión post-parto, y tienen efecto anti-inflamatorio lo que ayuda a pacientes con artritis, entre otros.

Ahora otro punto que debemos tomar en cuenta es que la cantidad de Omega 3 que consumimos se ve afectada si consumimos muchas fuentes de Omega 6. Es decir el Omega 6 enmascara los efectos positivos del Omega 3. Debe haber una relación de Omega 6 y Omega 3 de por lo menos 4:1, es decir, cuatro porciones de Omega 6 por cada porción de Omega 3. Hay muchos alimentos que contienen Omega 6, por ejemplo todos los aceites vegetales, las semillas y nueces, los cereales integrales, la mayonesa, aderezos, el huevo, el pollo, entre otros. Las personas  generalmente incluyen muchas de Omega 6 en su dieta, y poco Omega 3. Es  muy difícil que una persona consuma pescados azules todos los días para cubrir el requerimiento de Omega 3. Puede optar por tanto por fuentes dietarias como por suplemento. Para que se de una idea, 100 gramos de salmón contienen 1,9 gramos de Omega 3, y 100 gramos de tilapia apenas 0,1 gramos.

Mismas calorías, pero muy diferentes Es importante recalcar que las grasas son un nutriente esencial en la dieta, aparte de los carbohidratos y las proteínas. Se recomienda que el consumo de grasas constituya un 30 por ciento de las calorías diarias. La cantidad de grasa es importante, pero además el tipo de grasa. 

Indiscutiblemente considero que debemos elegir grasas que nos ofrezcan beneficios para la salud, como lo son las poliinsaturadas y monoinsaturadas. Podemos consumir grasas saturadas, pero que no sean las preferidas.

Un dato interesante es que todas las grasas tienen las mismas calorías. Por ejemplo, una cucharadita de mantequilla tiene las mismas calorías que una cucharadita de aceite o margarina, con la excepción de que la mantequilla es fuente de grasa saturada, y los aceite fuente de grasas poliinsaturadas.

En conclusión, no debemos aumentar el consumo de grasa saturada, pero ya no debemos ser tan estrictos como antes y tenerle miedo. Debemos optar por incluir suficientes porciones de vegetales en la dieta, frutas, lácteos bajos en grasa, fuentes de proteína y grasas preferiblemente poliinsaturadas Omega 3.

La razón principal por la cual no incluimos más grasas en la dieta es porque aportan muchas calorías y debemos conservar un peso saludable. 

TIPOS DE GRASA

Poliinsaturadas
¿Dónde están?
Aceite de maíz, girasol, pescado, soya, cañóla. Pescados grasos, linaza, nueces.

Monoinsaturada
Aceites de cañóla y oliva, maní, aguacate, mayonesa, aderezo de ensalada.

Saturada.
Mantequilla, natilla, lácteos, carnes, embutidos, tocineta, crema dulce, coco, paté, helados.

Y TÚ... QUE TIPO VAS A CONSUMIR....